DEL INTIMISMO A LO SUPERFICIAL, DE LO INDISPENSABLE A LO BANAL

Así como cada uno tenemos una opinión, cada uno tenemos una visión de las cosas. El prisma es infinito para cada persona, nunca hay dos visiones con cada matiz igual.

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martes, 13 de abril de 2010

¿Hay algo más allá del deseo?

Hay situaciones, historias y anécdotas que te hacen pensar acerca de las metas que uno puede plantearse. El domingo vi una película que, de no ser por la reflexión que consiguió sacarme, no habría pasado a ser más que un rato de entrenimiento. En sí, el protagonista decía algo así como: "todo lo que quiero está aquí".

He pensado en esta frase y en lo que puede llegar a significar. ¿Acaso yo sé qué es todo lo que quiero? y aún más ¿sé dónde está, puedo ubicarlo? Para poner un antecedente, esta persona vivía en un barco con su padre, madre y hermana. Su trabajo era pescar.
Me sorprende que alguien pueda hacer esa reflexión, si bien es verdad que el historicismo de nuestra época dista mucho con respecto a la época en la que está basada dicha película (un mito griego, o al menos "se han acercado", pero eso es harina de otro costal).

Nuestra vida está basada en el deseo, aunque me gusta matizar que en algunos casos está basada en el anhelo. La diferencia es muy básica, y es que el deseo desaparece en el momento en el que conseguimos algo. Da igual que sea material o que sea intangible, al transformase en acto ya no tiene el interés que despertaba justo un momento antes de alcanzarlo. Puedo poner muchos ejemplos a este respecto, pero creo que todos conocemos esa sensación. El entorno en el que vivimos es una suma de deseos cumplidos, todos materializados para hacernos la vida más fácil, para hacernos la vida más feliz. Esto resulta tan factible que quien mejor lo recoge en su teoría es Abraham Maslow. Necesidades fisiológicas cubiertas, dejan paso a rodearse de los deseos que nos concede nuestro entramado social: la seguridad, la afiliación, el reconocimiento y la autorealización. Quizás sin este razonamiento plasmado en esta teoría, sin esa sucesión de logros aplicados a mi persona, yo no estaría escribiendo esto (seguramente estaría buscando qué comer y dónde dormir).

Pero más allá del deseo está el anhelo. En sus diferentes formas de materialización, la teoría de Maslow no recoge el anhelo común de las personas. ¿O acaso aun teniendo hambre no somos capaces de reconocer las cosas bellas? Sí, evidentemente nuestra prioridad será comer y, seguramente, veamos una belleza desorbitada en todo aquello que represente el deseo cumplido de comer. Sin embargo, existen almas que desechan muchos de estos deseos, necesarios por otro lado para vivir. Los desplazan ante el anhelo de expresar lo que es parte de su ser, recoger y proteger bajo un instinto animal aquello que es parte de uno mismo y pertenece a la genialidad del todo.

Puede ser que no sepa lo quiero, ni discernir la ubicación de mis deseos. Pero sí me he dado cuenta que todo lo que anhelo está aquí, en mis posibilidades de hacer que todo fluya desde mi.

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