DEL INTIMISMO A LO SUPERFICIAL, DE LO INDISPENSABLE A LO BANAL

Así como cada uno tenemos una opinión, cada uno tenemos una visión de las cosas. El prisma es infinito para cada persona, nunca hay dos visiones con cada matiz igual.

Comparte mi perspectiva.

lunes, 18 de enero de 2010

"Próxima estación: Silencio...

... correspondencia con: Línea 1 a la Lejanía"

Creo que todo aquel que haya viajado en el Metro de Madrid podrá atribuírle bien la entonación al comienzo de mi escrito. Resulta muy curioso, pero en muchas ocasiones creo que la siguiente parada que van a nombrar va a ser la de Silencio. Una observación que vengo haciendo en mi ajetreo diario cuando utilizo este medio de transporte. Es increíble, pero entre tanto usuario nadie se presta a hablar más de lo necesario si surge la ocasión. Sólo lo hacen aquellos grupos de personas que, operando su traslado por el tren subterráneo, se conocen y van o vienen de una situación ociosa.

Mi pregunta es "¿qué clase de sociedad movida por el ajetreo cotidiano no se permite comunicarse?" El Metro sería un lugar excelente en el cual poder intercambiar no solamente vagones, sino pareceres y temas candentes. Pero no es así. Lo positivo que tiene esta aparente quietud de interiorismo expectante es que se ha convertido en un santuario para el disfrute de la lectura de muchos.

La conclusión que saco de esto es que, en general, nuestra tendencia natural es la de no comunicarnos. Pero más allá de hacerlo con completos desconocidos, ni siquiera lo hacemos con la gente que sí conocemos. A más con la gente más cercana a nosotros. ¿Por qué cometemos el error de no expresarnos, de no decir lo que pensamos dentro de una ética correcta? o ¿por qué no expresar nuestros sentimientos? Ni siquiera a las personas más cercanas. A aquellas que llegando a un punto dramático, sabemos que el día que falten habremos desperciado miles de horas en haberles podido decir tantas y tantas cosas.

Pues bien, no me quiero resignar a esto. No me refiero a dejar de hablar con la gente en el Metro (yo también tengo la tendencia natural de toda persona, aunque siempre que puedo hablo con la gente que se presta a ello). Me refiero a poder decirle a aquellos más cercanos que aunque la rutina vele nuestro corazón, mi ilusión de forma general no se va a desvanecer cada vez que les vea.

A día de hoy, no necesito una despedida para sentir que estás muy cerca. Quiero que mi próxima estación no tenga una correspondencia en la lejanía. Quiero que la tenga en la Cercanía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario